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Almolonga, la morada del pozole guerrerense

El pozole Guerrerense es una de las joyas en la corona de nuestra gastronomía, pero poco se sabe del lugar en donde se prueba el mejor de todos.

En el encantador rincón de Almolonga, ubicado a menos de 17 km de Tixtla, Guerrero, los amantes de la gastronomía tienen la oportunidad de deleitarse con el auténtico arte del pozole guerrerense, considerado como el mejor de todo el estado.

En esta tranquila comunidad, habitada por apenas 1500 personas, florecen al menos 20 pozolerías que representan una tradición familiar que se inició hace aproximadamente medio siglo, gracias a la talentosa Sra. María Lara del Moral, cariñosamente conocida como “Doña Mary” por todos los que tuvieron el placer de visitar su establecimiento.

Esta encantadora localidad se sumerge en la tradición del pozole principalmente los domingos, cuando familias enteras se congregan desde las 6:00 am, viajando desde lugares como Chilpancingo y Tixtla para rendir homenaje al sabor del pozole.

La historia de Doña Mary comenzó en su propia cocina, hace alrededor de medio siglo, donde solía preparar pozole para los maestros de las comunidades cercanas que acudían en busca de su inigualable sazón. A partir de su modesto hogar, esta visionaria mujer abrió las puertas a una tradición culinaria que, con el tiempo, se expandió más allá de lo que jamás habría imaginado.

Hace aproximadamente tres años, lamentablemente, Doña Mary partió de este mundo, cerrando las puertas de su icónica pozolería. No obstante, su legado perdura vivo en el corazón de todo el estado, siendo su nombre sinónimo de tradición y sabor.

Para seguir leyendo: Pozole de Camagua, un legado de la cocina guerrerense

Hoy en día, esta pequeña comunidad alberga al menos una veintena de pozolerías, convirtiéndose en un destino obligatorio para quienes desean degustar un auténtico pozole estilo Guerrero.

Aquí, los visitantes pueden disfrutar de esta delicia acompañada de un vasito de mezcal y una imprescindible botana, que incluye chiles capones, chicharrón, tacos de requesón, queso fresco, aguacate y tostadas. La tradición perdura, y cada plato de pozole servido en Almolonga es un homenaje a la pasión y dedicación de Doña Mary.

Se llega a Almolonga por la carretera federal Chilpancingo – Chilapa o bien desde Tixtla, tomando el transporte local. Ahí mismo se puede visitar su laguna y varios sitios naturales que hacen honor al significado de su nombre: “lugar en donde emerge el agua”.

Almolonga – Video: Pablo Gasca – 100% Tixtla.

Almolonga continúa siendo el destino ineludible para quienes buscan el sabor auténtico del pozole guerrerense. A pesar de que Doña Mary no está presente, su espíritu vive en cada plato y en cada rincón de esta pintoresca comunidad.

Así que, si alguna vez te encuentras en esta región de Guerrero, no dejes de visitar Almolonga y sumergirte en la tradición, el sabor y el legado de su pozole, un tributo eterno a la pasión culinaria de Doña Mary y a la riqueza gastronómica de Guerrero.

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