Este fin de semana se llevó a cabo el Segundo encuentro de Cocineras tradicionales de Guerrero en el Centro Internacional Acapulco. Un festín de color y sabores en donde pudimos deleitarnos con el sazón de más de 37 cocineras de las siete regiones de nuestro estado que participaron con las recetas de los platillos más representativos de sus tierras.
Por cada rincón se apreciaba el olor a cocinas de humo, ese olor que nos transporta a las abuelas que han heredado sus mejores secretos culinarios a través de los años. Por comida no sufrió nadie, había mole rojo, mole verde, aporreadillo, frijoles puercos, tamales nejos, pescado a la talla, tamales de tichinda, mole de pollo con arroz, guachu-mole, tamales de frijol, chalupas, tostadas y más platillos que desfilaban sin parar por el lugar.
Puebla fue el estado invitado de este encuentro y pudimos probar platillos deliciosos típicos de Atlixco, uno de los lugares con mejor cultura gastronómica en ese estado.
Las principales escuelas de gastronomía participaron junto con las cocineras tradicionales en la preparación de cada platillo. Los estudiantes del ICSAL, CEGAIN, Universidad Americana y La Universidad Tecnológica compartieron la cocina con estas mujeres ejemplares que vistieron el lugar con sus trajes típicos y sus rudimentarios utensilios de cocina. Sin duda, fue un gran banquete que saboreamos de principio a fin. Hubo mezcal, catas de vino, conferencias y muestra de artesanías por cada región participante. Una oportunidad para reconocer que en Guerrero contamos con una extensa cultura y gastronomía.
Susana Palazuelos, embajadora de la gastronomía guerrerense y Gloria López, presidenta del Conservatorio de Gastronomía Mexicana han sido las principales autoras de este festival, que junto a las autoridades del estado, pudieron hacer posible que la comida guerrerense tome el lugar que le corresponde.
Sabemos que nuestra gastronomía es una de las más exquisitas del país, llena de influencias prehispánicas heredadas desde hace miles de años hasta nuestros días. Por eso resaltamos la importancia de cuidar a nuestras cocineras tradicionales como un tesoro vivo que fortalece la conservación de la gastronomía mexicana, considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
Esperamos ansiosos que el siguiente año llegue con más sabor que nunca y las cocineras tradicionales vuelvan a conquistar nuevos paladares con sus saberes culinarios.