Al menos hasta el último censo realizado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, más del 80% de la población mexicana es practicante del catolicismo, debido a esto, las tradiciones que tornan a la semana santa han sido apropiadas como parte de la cultura popular del país, tales como la Navidad, las posadas y festividades de santos patronos.

La Semana Santa es una de esas festividades que ha sido adoptada por propios y extraños, para unos representan vacaciones y diversión para otros solemnidad, penitencia y sacrificio; aunque hay que reconocer existe algo que une a los practicantes de la religión con los que no, y es la tan famosa vigilia, práctica en donde se cambian las carnes por aves y mariscos.
Desde el pasado 6 de marzo se comenzaron los preparativos de la Semana Santa con el inicio de la Cuaresma, que consiste en la preparación espiritual en donde se practica el ayuno, la abstinencia y las obras de caridad recordando los cuarenta días que Cristo ayunó en el desierto; así también se evitar comer carnes rojas los viernes, misma actividad que se practica religiosamente por un lapso de ocho días durante la “Semana Mayor”, que consta del Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, pero ¿por qué se evita comer carnes rojas?

Algunas explicaciones sobre esta práctica mencionan que las carnes rojas hacen referencia a lo mundano, a los placeres y al pecado, representación que va en contra de la esencia de la preparación a los misterios de la pasión y muerte de Cristo, incluso hemos escuchado la versión de que la carne roja representa su cuerpo crucificado. Pero la Iglesia Católica Romana justifica esta costumbre por medio de una cita bíblica en el evangelio de Juan (21:5) que dice: “Jesús les dijo: “Hijos, ¿acaso tienen algún pescado?” “No.” respondieron ellos.”. Con esto, se busca seguir los deseos que tuvo Jesús en vida en los días previos a du muerte. También se hace referencia al pescado en el evangelio de Lucas (9:13), en uno de los pasajes más conocidos y recordados, en donde Cristo multiplicó panes y pescado para todo un pueblo.
Con base en estos pasajes bíblicos, se los católicos ha acostumbrado a consumir pescados, aves y mariscos en lugar de carnes rojas durante el miércoles de ceniza, los viernes de cuaresma y la Semana Mayor. Los católicos más ortodoxos y tradicionalistas se abstienen de comer carnes rojas durante toda la Cuaresma, y otras personas sólo no comen carne el Viernes Santo para seguir con tradición que ha sido practicada de generación en generación.

Si bien es un hábito enraizado en todos los mexicanos, autoridades de la Iglesia Católica Romana hacen mención que el consumir alimentos que prohibe la tradición no es pecado, aunque claro, lo que sí es un pecado mortal es venir a Acapulco en Semana Santa y no probar un delicioso pescado a la talla, un ceviche o un pulpo enamorado.