Desde la última década, el plástico y el unicel se han convertido en el principal enemigo de la sociedad a nivel mundial a consecuencia de la toma de conciencia de sus efectos contaminantes. Tan solo en México se producen al rededor de 9,000 millones de botellas de PET y 125 mil toneladas de unicel al año, las cuales un mínimo porcentaje termina siendo recolectado y procesado de manera adecuada para reducir su impacto contaminante; el restante termina abandonado indiscriminadamente en calles, rellenos o incluso en mantos acuíferos y océanos, provocando daños irreversible a los ecosistemas.
Siguiendo el modelo de consumo de plástico y unicel que hemos mantenido desde que aparecieron en el mercado para facilitarnos la vida, en 6 años por cada 3 toneladas de pescado existirá 1 de plástico. Hoy en día, hay más de 660 especies de fauna marina en peligro por culpa de ellos.
A pesar de que la contaminación y sus efectos pertenecen a todo un sistema de consumo rapaz que se ha encargado de saturarnos de basura, el mejorar nuestros hábitos a acciones más amigables con el medio ambiente y fomentar esto en nuestros círculos sociales, podremos disminuir considerablemente la degradación de los ecosistemas, los recursos naturales y la contaminación excesiva.
Con este cambio de hábitos, empresas preocupadas por la situación actual de la Tierra, se han unido a crear alternativas eficaces para la sustitución de plástico PET y unicel, específicamente al ramo alimentario, pues la mayor parte de PET y unicel que se consume de manera masiva proviene de contenedores, botellas, bolsas y material de embalaje, mismos que se utilizan para manipular alimentos.
Un ejemplo de ello es Bio Degradables, una pequeña empresa acapulqueña que ha emprendido teniendo como misión el proveer productos biodegradables y compostables, convirtiéndolos en desechos amigables con el medio ambiente, pues dentro de sus materiales de elaboración se encuentran las hojas de palma caida, mismas que elaboradas de manera natural, renovable y no se utilizan químicos para su producción, pues son recolectadas de vainas viejas que han sido desechadas por la misma palmera y son procesadas con agua y cúrcuma.
Además cuentan con todo tipo de desechables biodegradables como vasos, contenedores para alimentos, popotes, cubiertos, térmicos, entre otros, mismos que son elaborados también con hojas de palma caída, fécula de maíz y cartón reciclado.
En Acapulco el auge de este tipo de artículos se encuentra en alza gracias a la reforma a la Ley 593 de Aprovechamiento y Gestión Integral de Residuos del Estado de Guerrero, en donde se prohíbe a los establecimientos industriales, comerciales y de servicios en los municipios de Guerrero proporcionar a los consumidores cualquier tipo artículo de plástico o unicel de un solo uso en el que incluye bolsas de plástico, envases de unicel para venta y entrega de alimentos y popotes. Afortunadamente, existen cada día nuevas opciones como 📍Green Mermaid y 📍Multiplásticos del Sur que ofrecen al público desechables biodegradable y amigables con el medio ambiente, generando un consumo consciente y responsable a cada consumidor.
Si bien es de celebrarse el consumo de desechables biodegradables y que este se encuentre ya estipulado de manera legal en el estado de Guerrero, es importante mencionar que los desechables, aún sean biodegradables, deben ser la última opción dentro de las prioridades de cada persona, pues la generación de basura por cada individuo debe reducirse de manera considerable, de manera que la mancha que cada ser humano deja en este mundo, pueda minimizarse hasta lograr un equilibro entre el medio ambiente y las personas.