30 millones de niñas y niños en el mundo sufren de desnutrición, según las Naciones Unidas (ONU). Un llamado de emergencia fue hecho por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el alto comisionado de las Naciones Unidas para las personas refugiadas (ACNUR) ante la crisis alimentaria que está afectando a ocho millones de niñas y niños, quienes se enfrentan a las formas más agudas y mortales de desnutrición.
La inseguridad alimentaria se ha intensificado en los últimos años debido a conflictos, desastres climáticos, la pandemia del COVID-19 y el aumento del costo de la vida. Las agencias de la ONU han pedido medidas urgentes para proteger a las niñas y niños más vulnerables de 15 países, entre ellos, Afganistán, Burkina Faso, Chad, República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Kenia, Madagascar, Mali, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen.
La ONU está exhortando a avanzar en la mejora de la alimentación, el agua, la sanidad, la protección social y el saneamiento, dentro de una serie de prioridades establecidas en un plan de acción conjunto que requiere de una mayor inversión, así como de una pronta implementación.
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El director general de la FAO, Qu Dongyu, ha alertado que la situación de estas niñas y niños podría empeorar aún más en este año; 2023, y ha pedido garantizar la disponibilidad de dietas saludables y asequibles para todas las niñas y niños pequeños y las personas gestantes. Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para las personas refugiadas, Filippo Grandi, ha destacado que las niñas y niños desplazados y refugiados están aún más expuestos al riesgo de desnutrición.
La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Rusell, ha enfatizado que se pueden implementar soluciones para prevenir, detectar y tratar precozmente los casos más graves de desnutrición infantil. Además, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha señalado que la desnutrición conduce a la enfermedad y viceversa, lo que pone a estas niñas y niños en mayor riesgo de padecer otras enfermedades y problemas de crecimiento.
La OMS también ha resaltado que la desnutrición obstaculiza el desarrollo educativo de las niñas y niños, lo que contribuye a la persistencia de la pobreza en los países más afectados. La ONU ha hecho un llamado a la solidaridad internacional y a una acción rápida y concertada para abordar la crisis alimentaria que enfrentan estas 30 millones de niñas y niños en todo el mundo.