Organizador de bodas, chef, empresario y sobre todo un ser humano sensible, capaz de entender los idilios de una novia y transformarlos en un evento espectacular y emotivo, elegante e inolvidable; esa es la hazaña cotidiana de nuestro amigo Erick Galindo. Destacado Chef, organizador de eventos y banquetes, quien desde hace casi 24 años ayuda a parejas de distintas partes del país a lograr su sueño de una boda única e inigualable, y que también, lejos de los banquetes sociales, logra desempolvar sabores de los recuerdos en Sal de Grano, restaurant donde deleita a chicos y grandes con exquisitos platillos de su autoría.
MA.- Cuéntanos, Erick, ¿cómo empieza la historia de Erick Galindo?
EG.- Pues mira, empezó hace 23, casi 24 años de haber iniciado este sueño, empezó como un juego, aunque siempre lo tuve claro y sabía a adónde iba; yo tenía 21 años y ves la vida muy fácil, ya lo he dicho, si se me hubiera presentado en este momento de mi vida a esta edad, quizá lo hubiera pensado un poco más, ahora tienes más conciencia de los riesgos que pueden ocurrir pero a los 21 te quieres comer el mundo a puños. Y así fue, recuerdo que siempre desde chiquito me llamaba mucho la atención ver a mi mamá cocinar, y cuando me fui de Acapulco y llegué a una casa de asistencia y la señora con la que vivía cocinaba ¡increíblemente! La verdad comía incluso mejor que en mi casa, era yo el más chico de la casa allá en Guadalajara y recuerdo que también me lo pasaba metido en la cocina viendo lo que (la señora) hacía y seguía como que llamándome mucho la atención, hasta que un buen día vine de vacaciones al puerto y le pedí a la señora un par de recetas para hacer aquí en mi casa a mis papás y un día les cociné, nada especial, y fue entonces que mi papá me dijo que buscara una carrera que tuviera que ver con la cocina, fue así, encontré una carrera en la misma Universidad de Guadalajara y estudié administración de empresas, hice 3 semestres de laboratorio de alimentos, también he dicho que en la época en que estudié no estaba tan de moda o no era tan usual que hubiera tantas carreras para chef; creo que es algo con lo que nací, creo que es un talento con el que naces, y yo tuve la fortuna de descubrirlo y poder trabajar en algo que me gusta tanto, que lo disfruto y que lo sé hacer.
MA.- ¿Recuerdas tu primer evento? ¿Cómo fue?
EG.- Claro, el 22 de octubre de hace 24 años, era el cumpleaños número 50 del papá de una amiga, fueron los primero que confiaron en mí y fue un evento de 80 personas, cociné en casa de mis papás, pedí todo el equipo rentado y prestado, algunos amigos me ayudaron y recuerdo todo como si hubiera sido ayer, no lo olvido para nada y lo tengo muy presente.
MA.- ¿Qué ha cambiado de aquel evento a la fecha?
EG.- Muchísimo, muchísimo. Vaya, desde la comida, la presentación; el equipo que está detrás de mí, en ese momento no tenía a nadie trabajando conmigo, en realidad era yo solo y la gente que estuvo ayudándome, algunos nada más por amistad (obviamente los meseros no, esos sí los contraté), y ahora tengo un buen equipo de gente conmigo en la cocina, en la organización, en la parte de decoración, en la parte administrativa; en toda la logística tengo ya el respaldo.
MA.- Siendo que las bodas son eventos emotivos, ¿cuál ha sido el momento más emotivo en tu experiencia en bodas?
EG.- No te podría decir uno en especial, la verdad es que son muchos. He tenido la fortuna en todos estos años de que la vida me haya puesto como clientes (que yo no llamo clientes sino como “mis novias”) a seres humanos increíbles, muy valiosos, que afortunadamente no me ven solamente como su proveedor sino como amigo, incluso te puedo decir que hoy por hoy tengo la dicha de seguir en contacto con muchas de las parejas de las que les he hecho su boda y que cuando vienen a Acapulco me llaman y nos vamos a cenar o a comer, o si yo llego a ir (Ciudad de) México los busco; vaya, yo creo que eso es lo más emotivo, no existe dinero que lo pueda pagar.
MA.- ¿Qué siente Erick Galindo antes de un evento?
EG.- Nervios, muchos nervios, y pido que nunca se me quiten por que eso me hace estar más alerta y más al pendiente de los detalles que son muchos, ya que una boda implica una gran cantidad de detalles y hay que estar muy alertas ya que tenemos en nuestras manos uno de los días más importantes de una mujer, yo creo el sólo tener esa responsabilidad ya lo hace algo emocionante y de tener nervios, pero los disfruto, los disfruto.
MA.- Ahora hablemos de Erick Galindo el creador, el chef, ¿qué expresa tu cocina?
EG.- Recuerdos, sobre todo recuerdos. No pasa siempre pero es la intención. Los sabores eso hacen, nos hacen recordar, recordar cosas gratas. El poder tener esa posibilidad de cambiar el estado de ánimo de alguien que posiblemente no tuvo un buen día; la comida reconforta, además de ser esencial, regularmente asociamos la comida con convivir; con la familia, con los amigos, etc., y tener esa oportunidad de cambiarle el día a alguien que no lo tuvo tan bueno a través de los sabores, texturas; vaya, es otra responsabilidad y es increíble poder tener esa responsabilidad en tus manos y lograrlo.
MA.- Pasemos a la ronda de preguntas rápidas: ¿qué comida te recuerda a tu infancia?
EG.- El pescado.
MA.- El platillo que más disfrutas cocinar.
EG.- Ceviches.
MA.- Cerveza, vino o licor.
EG.- Agua.
MA.- ¿Cómo pides tus huevos?
EG.- Estrellados.
MA.- Tu playlist ideal para cocinar.
EG.- No tengo, no escucho música al cocinar, es un momento en el que me escucho a mí mismo.
MA.- Placer culposo culinario.
EG.- Frijoles refritos.
MA.- ¿A qué sabe Erick?
EG.- Uy, es una pregunta difícil, sin afán de sonar soberbio, a honestidad y felicidad.
MA.- Taco favorito.
EG.- De frijoles.
MA.- Munchies favorito.
EG.- Papas.
MA.- Sopear o no sopear.
EG.- No.
MA.- Puesto de la calle consentido.
EG.- Aún no lo he encontrado. ¡Ah, sí! Uno de barbacoa que está en Icacos. Espectacular.
MA.- Lo más extraño que hayas hecho en una cocina.
EG.- Al día de hoy, helados a base de licor y en 2 minutos.
MA.- Superpoder que te gustaría tener.
EG.- Adivinar.
MA.- Comer para vivir o vivir para comer.
EG.- Vivir para comer.
MA.- ¿Qué genera en ti el hambre?
EG.- Creatividad.
MA.- Por último, ¿qué habría en la última cena de tu vida?
EG.- Frijoles.