Comer alimentos fritos con regularidad podría aumentar el riesgo de padecer ansiedad o depresión, según un nuevo estudio publicado en la revista científica PNAS. Los investigadores examinaron más de 140.000 dietas durante 11 años y encontraron que aquellos que consumían alimentos fritos con frecuencia, como papas fritas, tenían una probabilidad mayor de padecer ansiedad o depresión en comparación con aquellos que los comían de manera puntual. En concreto, había una tendencia entre el 7% y el 12% más de padecer estas enfermedades mentales. Además, las personas que comían papas fritas tenían un 2% más de riesgo de depresión que aquellos que comían carne o pollo frito. Los investigadores atribuyen este aumento de riesgo a las altas dosis de acrilamida, una sustancia química que se forma durante la fritura.
Acrilamida ha sido relacionada con la ansiedad y la depresión en estudios anteriores. Un estudio realizado en 2016 también relacionó los alimentos fritos con la depresión. En ese estudio, los investigadores encontraron que había una “asociación indirecta positiva significativa” entre comer alimentos fritos y experimentar depresión. “La frecuencia del consumo de alimentos fritos se asoció con una menor resiliencia a la depresión”, escribieron los autores del estudio en la conclusión.
Según datos de la Asociación de Ansiedad y Depresión de América, casi 7 millones de adultos en los Estados Unidos tienen un trastorno de ansiedad generalizada, y casi uno de cada 10 estadounidenses lucha contra la depresión.
Los expertos advierten que no está claro si la comida frita es la causa de la ansiedad y la depresión o si las personas que se sienten ansiosas o deprimidas son más propensas a comer comida rápida. Además, el estudio no determinó si las personas tenían más probabilidades de desarrollar ansiedad y depresión por comer alimentos fritos. La psicóloga clínica Hillary Ammon del Centro para la Ansiedad y el Bienestar Emocional de la Mujer, explica que “en algunos casos, los alimentos fritos podrían haber provocado un aumento de la ansiedad y la depresión. Sin embargo, puede haber personas que luchaban contra la ansiedad o la depresión antes de comer comidas rápidas de forma rutinaria”.
Los investigadores enfatizan la importancia de reducir el consumo de alimentos fritos para la salud mental, y sugieren opciones de comida más saludable.
¿Qué pueden hacer las personas para reducir su consumo de alimentos fritos? Si bien es cierto que los alimentos fritos son tentadores y deliciosos, existen alternativas más saludables y sabrosas. Por ejemplo, en lugar de papas fritas, se pueden probar alternativas más saludables como las papas horneadas o las zanahorias asadas. Además, se puede intentar cocinar con métodos más saludables, como al vapor, a la parrilla o al horno. Estos métodos reducen la cantidad de grasa y calorías en los alimentos y pueden ayudar a mantener una dieta equilibrada y saludable.
También es importante tener en cuenta la moderación. No se necesita eliminar completamente los alimentos fritos de la dieta, pero se deben consumir con moderación. Una opción puede ser limitar su consumo a una vez por semana o en ocasiones especiales. Además, se puede intentar elegir opciones más saludables en los restaurantes, como ensaladas en lugar de papas fritas como acompañamiento.
Aunque la relación exacta no está clara, la presencia de acrilamida en los alimentos fritos se ha relacionado con la ansiedad, y la elección de alimentos poco saludables puede contribuir a la depresión. Por lo tanto, se debe tener en cuenta las opciones más saludables y limitar el consumo de alimentos fritos para mantener una dieta equilibrada y mejorar la salud mental y física en general.