En el barrio de Cité Soleil, ubicado en la capital de Haití, Nadia Guerrier elabora galletas de lodo o barro como medio de subsistencia. Esta práctica se remonta a antes del terremoto que azotó al país en 2010 y dejó más de 110,000 muertos y 600,000 personas sin hogar.
La mezcla que utiliza Guerrier para hacer las galletas consiste en tierra, mantequilla, sal y agua. Después de darles forma, las deja al sol para que se sequen. Su sobrino, Fumi Ricardo, afirma que el sol las limpia y las hace aptas para el consumo.
Aunque la fabricación de galletas de lodo es una costumbre en Haití, no es recomendada por expertos en nutrición. Michael Kuehn, director regional de la organización alemana Welthungerhilfe (Agro Acción Alemana), afirma que algunas mujeres embarazadas las comen por su supuesto valor nutricional, pero no deberían ser la única opción alimentaria.
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Para Guerrier, de 36 años y madre de seis hijos, la elaboración de las galletas de lodo es una fuente de ingresos. Trabaja desde las cuatro de la mañana hasta las tres de la tarde, produciendo entre 100 y 150 galletas al día. Cada una de ellas cuesta cinco gourdes (13 centavos de dólar).
Aunque algunas personas en el barrio afirman que las galletas son nutritivas y una buena opción cuando no hay nada más que comer, otras no las aprecian tanto. En cualquier caso, las galletas de lodo forman parte de la cotidianidad de Cité Soleil, junto con otros problemas como la basura, la inseguridad y el hacinamiento.
Para Kuehn, mejorar la alimentación en Haití implica aumentar la producción nacional y distribuir los alimentos de manera más justa. “Hay que tener la política en el país de darle a la gente la posibilidad de comprar la comida disponible en el mercado en lugar de importar”, señala.
A pesar de que la práctica de comer tierra no es recomendable desde el punto de vista nutricional, Kuehn recuerda que en Alemania, su país natal, su madre consumía “Kieselerde” (tierra de sílice) por sus propiedades minerales. De todas maneras, la necesidad de buscar soluciones alimentarias más saludables y sostenibles en Haití sigue siendo una prioridad.