La comida es un elemento universal que no solo podemos apreciarla y disfrutarla a través de sus sabores, sino que además es un motivo de inspiración de múltiples artistas que han encontrado en ella una razón de convertirla en obras perfectas que complacen a cualquier espectador. Ya sea por su sentido estético, por el valor nostálgico y el sentido de identidad que nos otorga, la comida es como un cañón que permite detonar grandes ideas y emociones que es material para crear.
Brian Campuzano, mejor conocido como Hola Monstruo, es un fotógrafo y artista acapulqueño que ha logrado obtener de su identidad como porteño toda la inspiración para crear cada uno de sus diseños. Más de uno hemos sido testigos de su obra en alguna parte, ya sea en redes sociales o en las calles de la ciudad.
Si bien su trabajo se centra mucho en el ideario colectivo de Acapulco, algo que destaca mucho es la forma en la que él representa a la comida costeña; él adora comer y son estos platillos, que conforman nuestra diversidad gastronómica, parte de los principales protagonistas de su obra.
Bolillos con relleno, chilate, los tacos del “Güero Americanista”, el pozole, la Yoli, los elotes del zócalo o los clásicos “jokeis”, son parte de lo que ha recreado a través de su característica técnica de ilustración.
A palabras de Hola Monstruo, lo que le inspira es el color y el sabor costeño de Acapulco; la cultura y cada una de las cosas que la conforman, como personajes, lugares, frases y, por supuesto, la comida, son lo que lo encaminan a crear sus ilustraciones, cargadas de un toque de humor muy característico que no solo los acapulqueños de corazón podrán comprender a la perfección. Gracias a esto es por lo que Hola Monstruo se considera afortunado, pues sabe perfectamente que nunca se cansará de la comida que representa a su ciudad y a su gente.
Brian es licenciado en Comunicación, no obstante, la calidad de su trabajo representa el talento innato que posee y su dedicación por hacer lo que le apasiona. Su hobby favorito es el dibujar, una actividad que le permite salir de la rutina y tener la libertad de expresar sus emociones, su sentir, las cosas que aprende día a día y el orgullo de lo que representa Acapulco para él.
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