A lo largo de la película Parásitos (2019) del director surcoreano Bong Joon Ho, la comida se hace partícipe en la narrativa y se conjuga en el espacio que habitan sus personajes. Desde el sótano dónde vive la familia protagonista, la calle, restaurantes, cafeterías que frecuentan y la casa de la adinerada familia Park, construida por un reconocido arquitecto. Esto no es raro en el cine de Bong Joon Ho, en Okja (2017) critica al consumo en masa de productos cárnicos y en Snowpiercer (2013) como la comida producida industrialmente para la clase baja muchas veces es la de menos (y muy cuestionable) calidad.
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En las primeras escenas, cuando “Kevin” llega a la casa para trabajar como un asesor en la materia de inglés del hijo menor de los Park, podemos ver como Moon-gwang, la ama de llaves ofrece un platón de frutas rebanadas, de entre ellas melón y uvas. El melón en varias culturas asiáticas posee un significado muy cercano al lujo, especialmente en Corea de Sur, donde dos de los Tesoros Nacionales son artefactos en forma de melón. Además, universalmente las uvas han sido vistas como un símbolo de abundancia en las cornucopias del arte occidental. No es raro verlo en una escena donde el excentricismo, el occidentalismo y la riqueza de la familia Park se resalta.
William Evans Dutton Stuart 1826-1873 fue un pintor de bodegones dramáticos y escenas marítimas.
Óleo sobre lienzo. Firmado y fechado 1858.
Duraznos y salsa picante: prohibidos y hostiles
Más tarde se devela en la trama que la ama de llaves padece una severa alergia a los duraznos, es curioso ver como el durazno, una fruta cultivada por tradición en Corea del Sur desde hace muchos años es usado como un arma; una pieza clave en el éxito del plan maestro de la familia Kim. El simbolismo del durazno en la cultura coreana, tiene que ver con rasgos positivos tales como, felicidad, riqueza, honor y longevidad, lo cual es diametralmente opuesto para la ama de llaves, también cabe señalar algo muy importante, que los duraznos en Corea del Sur son utilizados para ahuyentar a los espíritus no deseados, siendo el esposo de la ama de llaves el espíritu que habita la casa de la familia Park.
Después de la desafortunada partida de la ama de llaves, los duraznos regresan, debido a la ya mencionada alergia. Retornan en un platón que lleva la flamante y nueva ama de llaves, la Señora Kim, al escritorio de Da-hye, la hija mayor de la familia Park, la cual ya ha sido seducida por Kevin. El papel de este fruto prohibido evoca la situación de la relación de estos dos y de cómo ahora se resignifica el papel de los duraznos en la trama.
Otro de los alimentos que se hace participe como un arma, esta vez para luchar en contra de los obstáculos de la familia Kim que les impide tener la vida que quieren: la salsa picante, la misma con la que condimentan la pizza, esta es utilizada como un elemento de alerta, su color rojo emula la sangre y es un artilugio que pretende ser la huella marcada en la escena del crimen. Es vista constantemente en el primer acto, un arma de Chejov que eventualmente será disparada.
Somos lo que comemos
Es útil tener en cuenta que una de las formas para saber más de los personajes en alguna historia debemos conocer qué es lo que comen, así es como un personaje que come un filete casi crudo se establece como alguien feroz y un personaje inmaduro se alimenta de comida infantil, como cereal o una cajita feliz. Sobra mencionar el gusto excéntrico de Hanibal Lecter o el “básico” paladar de PeeWee Herman.
Entonces vemos a la familia Kim comer en abundancia en un buffet en un restaurante o korean BBQ en su hogar, opciones asequibles que nos refieren a los hábitos alimenticios que la clase baja posee, los cuales son universales en la sociedad capitalista y no intrínsecamente relacionados al contexto surcoreano. El señor Kim, señala que se debe comer lo más que se pueda, mientras se pueda, así Chung-sook, la madre de familia recalca en que ni siquiera se ha pagado por la comida, revelando el carácter ladino de su esposo, pero al mismo tiempo cualidad protectoras y paternalistas al pasar comida de su plato al de su hijo para que este coma más.
Uno de los momentos más ágidos de la trama es cuando se hace referencia a los aromas que despide la servidumbre, la menor de los Kim le adjudica los olores al semisotano en el que habitan, una mezcla de los aromas de la comida que cocinan y otras cosas, por otro lado, la familia Park lo describe como un aroma parecido al rábano picante.
Ram-don, la receta de Parasite
El momento culinario más importante en esta película, es sin duda alguna es el Ram-don, un tipo de ramen con carne que luce delicioso, el cual es preparado por la señora Kim en cuestión de minutos, no es una receta que se pueda encontrar bajo ese nombre en la gastronomía surcoreana, pue este realmente es jjapaguri, que es sino la simple mezcla de dos tipos de fideo: jjapageti, un fideo que se cocina con salsa de soya negra y neoguri, un fideo udon que se cocina con caldo de mariscos, un platillo popular y económico.
En esa secuencia le es añadido carne, pero no cualquier carne. La carne utilizada en la receta es carne Hanwoo, un corte lujoso parecido a wagyu japonés. El director detalló al diario LA Times que decidió no llamar jjapaguri al platillo debido a lo difícil de su pronuncianción, entonces se redujo a Ram de Ramen y Don de udon. La simple combinación de estos dos tipos de fideos no se queda ahí, pues el director surcoreano explicó al diario californiano, que la madre de la familia Park no está conforme con que este platillo tan accesible y barato, sea el favorito de su hijo, es por ello que agrega el sofisticado corte de carne, para así ponerlo a su altura, evidenciando su clasismo una vez más.