Así como en todo México, en nuestro estado también, la Rosca de Reyes es una de las tradiciones más importantes que marcan la última actividad de la Navidad. El partir la Rosca de Reyes se convierte en un momento para compartir con los demás y arrancar con buenos bríos el año que comienza deseando paz, prosperidad y un cúmulo de buenos deseos a quienes nos rodean.
En la víspera de la llegada de Los Reyes Magos, familias enteras, amigos, compañeros de trabajo se reúnen en torno al pan en forma de rosca de diferentes tamaños para ver a quién le toca uno o varios diminutos muñequitos, que simbolizan al Niño Dios. La experiencia resulta una entrañable convivencia y buenos deseos para todos los involucrados, donde hacer comunidad es un motivo principal al compartir un pedazo de pan, que puede ir acompañado por chocolate o café, como marca la tradición mexicana.
Las Roscas de Reyes abundan en diversidad de manufactura, sabores y tamaños. Los centros comerciales se expenden con diversos precios y todas las panaderías arman sus promociones de diversos precios, aunque hay familias que prefieren prepararlas en casa.
Según el tamaño de la rosca, es la cantidad de muñecos que se introducen en la misma y se parte en la víspera del 6 de enero por la tarde o noche en compañía de la familia, amigos y/o compañeros de trabajo. Todas las Roscas de Reyes llevan los mismos elementos. En sí misma, la rosca representa una corona, la cual se adorna con frutos secos y cristalizados de colores simulando las joyas que estaban incrustadas en las coronas de los Santos Reyes que significan Paz, Amor y Felicidad.
En la tradición católica, el niño que se esconde recuerda el momento cuando José y María escondieron al niño Jesús para salvarlo de Herodes. El hecho de comerse el pan se relaciona a la comunión con lo sagrado del personaje recién nacido. Los dulces o frutos cristalizados son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.
La tradición dicta que quien encuentre al niño en el pedazo de rosca, será quien lo cuide hasta el 2 de febrero, lo vestirá y lo presentará al templo, como lo presentó la Virgen María.
Esta fuerte tradición, es la última reunión de las festividades de Navidad y en muchos países se acostumbra intercambiar regalos para recordar los obsequios que dieron al Niño Dios, los Tres Reyes Magos.
En Acapulco muchos son los restaurantes que han preparado su propia rosca de reyes para deleite de sus comensales, en algunos casos, los clientes la han apartado con varios días de anticipación para partirla en casa.
Esperamos que ustedes también disfruten su rosca de Reyes y ¡cuidado al partir! Porque si les toca muñequito les tocará traer los tamales en la celebración del día de la Candelaria!