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La Ruta del Pozole y el Mezcal en Tixtla, Guerrero

Hace seis años desde que la iniciativa “100% Tixtla” empezó a trazar la Ruta del Pozole y del Mezcal con la finalidad de atraer visitantes y generar una nueva ruta turística en la zona centro de Guerrero. Este es un esfuerzo por parte de empresarios, promotores y activistas que junto con Jorge Nava, promueven la identidad Tixtleca.

Después de dos días de caminar por los valles y caminos de Tixtla, hemos descubierto que es uno de los rincones más bellos de nuestro estado. Paisajes, cultura, historia, y tradiciones que se combinan con la calidez de su gente y una gastronomía llena de sabores gracias a sus influencias prehispánicas y europeas.

El nombre de Tixtla es de origen náhuatl —textli, tla ‘masa de maíz, que en su conjunto significa: “en la masa de maíz”— y se trata de uno de los municipios más poblados de Guerrero. Fue cuna de Vicente Guerrero y ha sido escenario de muchos eventos que definieron el rumbo de nuestra historia. Colinda con Cuilapan, Mochitlán, Chilpancingo, Zitlala, Chilapa y Zumpango del Río. Es un valle que, por su ubicación estratégica, cuenta con cañadas y un clima que permite la preservación de recursos naturales. La agricultura es su principal actividad económica. Originalmente fue la capital del estado, pero en 1853, debido a una epidemia, se cambio provisionalmente a Chilpancingo; posteriormente este cambio fue decretado como definitivo. Tixtla es además un lugar de inspiración para artistas, compositores y pintores que han plasmado su huella en distintas expresiones y obras.

La Ruta del pozole y el mezcal

Arranque de la Ruta del Pozole y el Mezcal de 100% Tixtla – Foto: Héctor López

Durante el lanzamiento oficial de “La ruta del pozole y el mezcal”, nos reunimos amantes del mezcal, los curiosos, los artistas y los turistas para llenarnos de experiencias y mucho aprendizaje. Empezamos nuestra aventura el día sábado por la mañana, con la visita a una fábrica de mezcal ubicada en Omeapa, a solo 10 minutos de Tixtla, ahí platicamos con Don Fernando Bello Muñoz, maestro mezcalero que pertenece a la quinta generación, a quien encontramos produciendo mezcal justo en el momento de nuestra llegada.

Don Fernando Bello Muñoz – Maestro mezcalero de Omeapa, Gro. – Fotografía: Héctor López

Don Fernando nos recibió gustoso y nos explicó con detalle los procesos que lleva a cabo para elaborar su mezcal, los tiempos de siembra, cosecha y jima del maguey, así como la manera correcta de saborearlo. Para él, la siembra y producción de mezcal forman parte de su vida cotidiana desde que empezó a trabajar, cuando tenía 14 años y ahora, sus hijos y nietos replican esta actividad aprendiendo los saberes de don Fernando.

Después de una buena caminata para conocer y recorrer la fábrica, comimos en casa del maestro mezcalero. Su esposa nos recibió con pollo en salsa roja con tamales de frijol.

Por la tarde, regresamos a nuestro punto de partida para disfrutar una muestra gastronómica de cocina Tixtleca, mezcal y sones de tarima a cargo del grupo fandanguero “Laguneros de Tixtla”.

Sobre los sones de tarima:

Se cree que los sones de artesa llegaron provenientes de distintas regiones a Tixtla gracias a los comerciantes de la Costa Chica o por los propios costeños que visitaban la ciudad en las festividades de septiembre dedicadas a la Virgen de la Natividad. En ese entonces, traían desde su tierra la «artesa», que es la parte inferior de las canoas y las cuales colocaban en el atrio de la iglesia para bailar durante varias noches. Es hasta mediados del Siglo XIX o un poco después, cuando los sones de artesa cambian su nombre por “sones de tarima”, al no existir en estas tierras la práctica de la pesca, tampoco había canoas, así que éstas fueron sustituidas por tarimas que producían un son y que se siguen utilizando en la actualidad.

El domingo por la mañana emprendimos el viaje hacia Almolonga, a solo 20 minutos de Tixtla, para acudir a la pozolería de Doña “Chagüita” —en este lugar es muy común salir a comer pozole los domingos, como en Acapulco lo son los jueves—. Es recomendable llegar desde las 8 de la mañana porque el lugar se llena de familias que viajan desde Chilpancingo, Morelos o algunos que incluso llegan desde la CDMX.

Manitas de cerdo, tacos dorados, tostadas y chiles capones eran parte de la botana que se sirvió al centro de la mesa para acompañar el pozole; el mezcal no pudo faltar. Después de comer, visitamos tiendas de artesanías y llegamos a “El Paraíso”, un lugar con dos bellos manantiales y un refrescante pozo. Ahí aprovechamos para hacer una pausa antes de regresar al punto de partida.

El recorrido permite admirar los bellos paisajes, tener una experiencia llena de sabores, conocer las tradiciones y calidez de la gente, que en todos lados te reciben con mezcal y sonrisas. La cultura del mezcal está muy arraigada a su vida cotidiana. Descubrí que entre los mezcaleros hay códigos de comportamiento casi sagrados, como el acto fraternal de beber del mismo vaso, no rechazar tu turno cuando te ofrecen mezcal o tirarlo al suelo; tampoco se puede combinar líquido de una botella u otra en el mismo vaso.

Fotografía Héctor López

A nuestro regreso, nos encontramos a Joel Amateco, agricultor, mezcalero y promotor cultural de Tixtla, quien nos invitó a una caminata nocturna en una comunidad llamada “Ojitos de Agua”. Ahí compartió sus saberes y nos mostró las tierras en las que cultivan agave cupreata, maíz y otras hortalizas que también forman parte de su principal actividad económica.

Fotografía: Héctor López

El último día en Tixtla, visitamos el centro y admiramos la magnífica obra del Maestro Jaime Antonio Gómez del Payán. Se trata un gran mural que rodea lo que fue el ayuntamiento de Tixtla de Guerrero. En él se encuentra plasmada la historia del México independiente. Inicia con el General Vicente Guerrero levantando su espada, representado como el verdadero consumador de la Independencia, hasta las tradiciones, costumbres y todos los personajes ilustres que han sido parte de la historia tixtleca. Se dice que el artista se llevó 7 años en su realización y algunos personajes que aparecen en la obra siguen vivos en la actualidad.

Mural “Tixtla y los próceres guerrerenses” de Jaime Antonio Gómez del Payán – Fotografía: Héctor López

Después de esta experiencia, he quedado con ganas de volver. Uno quiere que todos visiten Tixtla y se lleven un pedacito de ella en su corazón. Y es que a todos enamora con su belleza a “besitos” de mezcal y cantando sones al ritmo de la jarana.

Esperamos que esta ruta sea un éxito y que nuevos visitantes exploren para conocer las tradiciones y saborear los platillos que identifican a nuestra cultura guerrerense.

Para solicitar más información sobre los recorridos, puedes enviar un mensaje o llamar: 754 104 4752.

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