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Los estragos del COVID-19 a la industria restaurantera: el reto de la recuperación

Ante la pandemia, una de las industrias más afectadas fue la industria de alimentos y bebidas, con cuantiosas pérdidas e incluso cierres definitivos, pero ¿cuál es el verdadero panorama en la ciudad de Acapulco? Aquí te decimos todo.

El COVID-19 ha pasado a la historia de la humanidad como una de los sucesos en la vida humana que no solo ha causado decesos en personas y más de 21 millones de infectados al rededor del mundo, sino que ha causado también grandes catástrofes al sistema financiero en el que vivimos, y por ende, a los negocios de los que mucha personas dependen, algunos patrimonios de años de inversión y esfuerzo que se han visto destruídos en apenas 4 meses.

Francisco Fernández Alonso, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), ha hecho mención de que al finalizar el año, el 15% de los restaurantes del país desaparecerá, lo que representaría un total de 90 mil unidades económicas dedicadas a la venta de alimentos las que se encuentran en un grave riesgo, debido al impacto económico que la pandemia de COVID-19 ha causado al sector.

Durante lo que duró el confinamiento exigido por las autoridades de salud de México, el 75% de los restaurantes que pertenecen al colectivo acapulqueño #AisladosPeroUnidos, mientras que el 25% restante operó con pedidos a domicilio y bajo medidas extremas de sanidad. Tristemente el 13% de los restaurantes que permanecieron cerrados aún no ha podido reabrir y gran parte de ellos han decidido no intentarlo a consecuencia de incertidumbre en la que aún vivimos, frente al ahora incremento paulatino de casos en México, de la tentativa de entrar nuevamente al #SemáforoRojo y por la segunda oleada de la pandemia que se vaticina y se comienza a vivir en algunos países en el mundo.

El 82% de los restaurantes del colectivo no han podido recuperarse de las pérdidas que sufrieron sus negocios en estos casi 5 meses de confinamiento. 64% de ellos no han podido sacar los costos de su operación una vez que se reactivaron las actividades esenciales (entre ellas las de la industria de restaurantes) y el turismo al puerto. 62% de los restauranteros manifiesta que en caso de activarse los protocolos del #SemáforoRojo por un rebrote en el puerto o de que exista la mala suerte de una segunda oleada de la pandemia en el país, no podría volver a reabrir, debido a que las pérdidas son muy grandes en este momento, y los ingresos insuficientes para poder mantener a flote sus negocios.

El 82% de los restaurantes del colectivo no han podido recuperarse de las pérdidas que sufrieron sus negocios en estos casi 5 meses de confinamiento. 64% de ellos no han podido sacar los costos de su operación una vez que se reactivaron las actividades esenciales (entre ellas las de la industria de la restauración) y el turismo al puerto. 62% de los restauranteros manifiesta que en caso de activarse los protocolos del #SemáforoRojo por un rebrote en el puerto o de que exista la mala suerte de una segunda oleada de la pandemia en el país, no podría volver a reabrir, debido a que las pérdidas son muy grandes en este momento, y los ingresos insuficientes para poder mantener a flote sus negocios.

Considerando esto, de todo el colectivo #AisladosPeroUnidos, que consta de más de 120 restaurantes de todo el municipio de Acapulco y su zona metropolitana, el 75% de ellos dice que el operar al 40% de aforo en sus establecimientos, tal como lo piden las autoridades de salud a nivel nacional, no les es suficiente para percibir los ingresos necesarios para mantener a flote su negocio, mismos que en este momento se encuentran en un gran desconcierto y un panorama realmente desolador.

Teniendo en cuenta estos datos estadísticos resultado de el sondeo de las personas involucradas en el colectivo que cuentan con un establecimiento dedicado a la industria de la restauración, creemos que es razón es importante que el gobierno, en sus tres niveles y la sociedad en general podamos construir una agenda económica que permita recuperarnos poco a poco del gran golpe que el SARS-COV-2 ha dado a nuestra economía, y que funja como un red de cooperación mutua entre estado y sociedad en el que el apoyo bilateral sea el pilar que sostenga no solo a la industria restaurantera, sino a todos los negocios que se han visto afectados durante este confinamiento.

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