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Historias del origen del chile en nogada

El chile en nogada es un platillo icónico en México, uno de los manjares que la gastronómica Puebla dio al mundo y que son servidos en las mesas de muchos restaurantes en el territorio mexicano los meses de agosto y septiembre.

Este platillo se trata de un chile poblano relleno de picadillo de carne y frutas, cubierto con crema de nuez, perejil y granada; una mezcla de sabores salados, agridulces y amargos, combinación que a partir de ingredientes naturales, también evoca a los colores de la bandera de México. Una delicia de la comida mexicana, pero ¿te has preguntado sobre su origen?

No existe a ciencia cierta cuál es el verdadero origen de esta receta, sin embargo, existen varias versiones sobre el origen de este platillo típico, algunas más interesantes y posibles que otras.

La versión romántica

La versión más romántica está descrita por el famoso escritor Artemio de Valle-Arizpe. La historia cuenta que tres hermanas poblanas conocieron en la Ciudad de México a tres oficiales de los que quedaron profundamente enamoradas; las tres parejas quedaron de encontrarse nuevamente en Puebla.

Cuando las hermanas recibieron a los oficiales buscaron a las madres contemplativas agustinas del Convento de Santa Mónica para que preparan un novedoso platillo que resultó en los chiles en nogada que hoy conocemos y que desde entonces exaltó aún más la fama culinaria de Puebla, traspasando fronteras. Otras versiones de esta misma leyenda dicen que ellas mismas prepararon el platillo que las volvió famosas más allá del evidente éxito que consiguieron con sus enamorados y cada una habría aportado las adecuaciones que le dieron los colores de la bandera a este platillo.

La historia sobre el surgimiento de este platillo más conocida apunta a que cuando el Obispo Antonio Joaquín Pérez Martínez se enteró que Agustín de Iturbide y el Ejército Insurgente se dirigían a la ciudad de Puebla, quiso sorprenderlos con el mejor trato. Entones encargó a las monjas agustinas recoletas del Convento de Santa Mónica (que fama tenían de excelentes cocineras) un platillo que fuera memorable.

Estas religiosas eran ya conocidas por su chile poblano en crema de nuez, y para adornarlos con los colores de la bandera del Ejército Trigarante, incorporaron la granada y el perejil.

Una receta histórica

De igual manera, se rumora que los chiles en nogada en realidad datan del siglo XVII y que quienes los crearon fueron las monjas clarisas, pero no fue sino hasta 1821 que la receta resurgió a manos de las damas de la alta sociedad en Puebla. Estas mujeres le obsequiaron un festín con chiles en nogada a Agustín de Iturbide tras firmar los Tratados de Córdoba con Juan O’Donoju.

El mito de los chiles en nogada y la bandera de las Tres Garantías

Si bien las versiones anteriores no han sido confirmadas, el arqueólogo y divulgador cultural Eduardo Merlo, escribió un artículo donde se encargó de desmentirlas y explicar que el verdadero origen del chile en nogada no es un guisado, sino un postre.

De acuerdo a “El mito de los chiles en nogada y la bandera de las tres garantías” de Merlo, el chile en nogada se remonta a la época del Virreinato en la Nueva España. En ese entonces, las monjas inventaron un postre que, de manera fortuita, nació como lo que ahora conocemos como chile en nogada: un pimiento capeado y relleno de fruta fresca.

Años más tarde, cuando Agustín de Iturbide proclamó el Plan de Iguala y llegó triunfante a Puebla, las monjas prepararon el ya existente postre para ofrecerlo en el banquete de celebración. Lo bañaron en salsa de nuez de Castilla y le pusieron el perejil verde y la granada roja. Así lo presentaron con los colores de la bandera de las Tres Garantías.

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