Una de las épocas más esperadas del año es el Día de Reyes, debido a que no solo los niños disfrutan el abrir sus regalos y jugar con los juguetes que los tres magos de Oriente les han traído, sino también los adultos se deleitan con uno de los panes más deliciosos que se pudieron haber inventado: la Rosca de Reyes.
Este pan que tiene una forma ovalada y circular consta de todo un simbolismo que da identidad a las tradiciones mexicanas, siendo además el último escalón del famoso maratón Guadalupe-Reyes. En él, las personas esperan encontrar (o escaparse) al Niño Dios dentro de la Rosca, partiendo un pequeño pedazo y disfrutándolo con un buen chocolate, atole, leche u otra bebida.
Una de las características de la composición de la Rosca de Reyes es el uso de ingredientes decorativos que le dan ese atractivo visual que la hace my reconocible: desde higos cristalizados, ate de sabores, cerezas, frutos secos y hasta el acitrón solían ser parte de estos insumos que se colocaban para deleitar a las personas.
Sin embargo, desde hace algunos años el uso del acitrón se volvió ilegal y se convirtió en un verdadero peligro para una plantas características de nuestro país, pues su extracción y consumo la han orillado a ponerse en peligro de extinción; su nombre es la biznaga dulce.
Aunque su nombre original es Echinocactus platyacantus y también se le conoce como burra o tonel, la biznaga dulce es una cactácea de la cual se extrae el acitrón, gracias a la cocción de la pulpa del cactus y su cristalización con azúcar, mismo que se utiliza en diversas recetas de la gastronomía mexicana, como es en este caso la Rosca de Reyes o, incluso, los chiles en nogada.
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La importancia de conservar a este cactus se debe a que tarda entre 14 y 40 años en crecer apenas 40 centímetros, esto debido a las condiciones extremas en las que se desarrolla como sequía, terrenos áridos y la pobreza de los suelos en los que puede crecer.
Es necesario entender que las biznagas no solo son un elemento comestible o decorativo, sino que benefician en mucho al medio ambiente y al ecosistema de donde es nativa, pues esta es importante y fundamental para retener y filtrar el agua de lluvia, frenar la erosión, ofrecer el néctar de sus flores a las abejas y otros insectos polinizadores muy necesarios para la supervivencia de los seres humanos en el planeta.
Cuando la cosecha de biznaga no alcanza su tiempo de crecimiento correcto, los campesinos se ven obligados a obtener la planta de forma clandestina para su venta en temporadas altas, como el día de Reyes y el mes de septiembre. Sin embargo, al quitar la planta desde la raíz se pierden los semilleros que dan paso a su regeneración, lo que va generando que se pierdan los nuevos cultivos de este cactur.
Cabe mencionar que la biznaga dulce se encuentra dentro de la lista de plantas consideradas de “protección especial”, en relación a la norma NOM-059- SEMARNAT-2010 y la vigilancia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
Así que, el consumo, venta y adquisición acitrón de biznaga o productos elaborados a partir de este elemento, son considerados por la ley como ilegales, por lo que se invita a la población general a evitarlo a toda costa.