La cultura japonesa es impresionante. Basta darse un vistazo por su arquitectura, su teatro y su pintura, o por procesos tan detallados y minuciosos como el kintsugi y el mukimono para darse cuenta de lo sorprendente que puede ser la creatividad, el ingenio y la riqueza cultural del país nipón.
Esta misma cultura ha hecho de Japón el país de las excentricidades y, para aquellos que visitan por primera vez sus calles, habrá algo que podrá acaparar poderosamente la atención de cualquier persona: platillos de apariencia deliciosa que reposan sobre los escaparates y vitrinas de los restaurantes japoneses; hablamos del sampuru, la magistral técnica de reproducir en resina platos de comida hiperrealistas.
¿Qué es el sampuru?
El nombre sampuru proviene de la apropiación de la palabra en inglés “sample” —que significa muestra—. Los japoneses adoptaron a la técnica de reproducción de comida falsa, como una forma de dar a conocer a sus ciudadanos los alimentos occidentales que llegaban al país, sin embargo, hoy en día, esto se ha invertido y ahora sirve para que los turistas internacionales —sobre todo los que no saben japonés— puedan conocer el menú que ofrece cada restaurante; funge el rol de una guía culinaria para extranjeros.
Sus orígenes como herramienta ilustrativa dentro de los restaurantes data de principios del siglo XX, pero en 1932 Iwasaki Ryuzo fundó la empresa Iwasaki Co. y fue entonces cuando se popularizaron estas peculiares réplicas de comida. En un principio se construían y diseñaban a partir de cera y moldes para agar-agar; actualmente las técnicas han evolucionado a la resina plástica de vinilo y los moldes de silicona, pues se consiguen resultados mucho más resistentes, duraderos y realistas; esto debido a que la cera perdía su color fácilmente.
Esta técnica se ha convertido en un verdadero arte dentro de la cultura culinaria japonesa. Pero, a pesar de que se realiza dentro de talleres especializados que se dedican a hacer estas réplicas exactas de comida, fácilmente se podría pensar que los procesos son automatizados y en serie, pero debemos resaltar que el 95% de estas piezas son realizadas artesanalmente y pintadas a mano.
Cuando los restaurantes necesitan una reproducción de sus platillos, envían una muestra de lo que necesitan a la fábrica y esta realiza el molde. Una vez que los restaurantes lo reciban, colocarán el sampuru en su aparador y será una réplica idéntica al plato que se podrá pedir y comer en los establecimientos.
Utilizando todo tipo de colores y cortes especiales, el resultado mostrará los detalles específicos de cada producto, por minúsculos que sean, haciendo muy complicado distinguir el plato real del artificial. En ocasiones, estas imitaciones pueden alcanzar más de diez veces el valor del platillo que representan y la lista de productos del sampuru es tan larga como la extensa variedad gastronómica del país nipón; los precios rondan desde 300 yenes ($3 USD) por figuras muy pequeñas, hasta 100,000 yenes ($1,000 USD) por platillos completos.
¿Dónde conseguir sampuru?
Lamentamos informarte que para conseguir una réplica de un platillo japonés, la única forma de conseguirlo es viajando a Japón, por lo que si esta idea está entre tus planes a un futuro cercano, pueden comprar un sampuru en Tokio. Para esto, deberás ir a Kappabashi Dori, que es la calle donde se venden suministros para cocineros y restaurantes; en Osaka se pueden encontrar en la calle Sennichimae Doguyasuji más conocida como “la cocina de Japón”.
Pero si lo que deseas es poder conocer a detalle el cómo es que se realiza el sampuru, el epicentro japonés del arte de las réplicas de comida se encuentra en la ciudad de Gujo-Hachiman, en la prefectura de Gifu. Aquí se encuentra la fábrica Iwasaki Co., la más reconocida de Japón.
En esta ciudad se produce la gran mayoría de los alimentos de resina que decoran los escaparates de los restaurantes de todo Japón. Por sus calles se pueden encontrar diversidad de talleres de sampuru, los cuales, a simple vista, se pueden confundir con restaurantes, por la cantidad de comida exhibida en sus puertas. Además, muchos de estos fabricantes admiten visitas y organizan talleres para que, quien quiera, pueda crear sus propias muestras de sushi, tempura o verduras y llevárselas de recuerdo del viaje.