Sir Winston Churchill’s abrió sus puertas en 1972 cuando el señor Rey Fernández Ruiz y, su esposa de origen inglés, Jane Person, convirtieron una majestuosa residencia de estilo arquitectónico tudor británico en uno de los restaurantes clásicos más famosos y preferidos de la Ciudad de México.
Visitar a este restaurante con ubicación en Polanco, a un costado del Boulevard Manuel Ávila Camacho, era toda una experiencia digna de vivir, ya que el lugar poseía en sus intalaciones una decoración de estilo británico que te hacía sentir que te encontrabas cenando en Inglaterra, pues podías encontrar desde cuadros, medallas de la Segunda Guerra Mundial y más detalles que te remontaban a este país europeo; cada salón tenía una decoración y tema diferente que entregaba a los comensales una época y región británica diferente.
Desafortunadamente fueron muchos factores los que propiciaron el cierre definitivo del restaurante Sir Winston Churchill’s, entre ellos, y el más importante, fue la crisis que vive la industria restaurantera en la ciudad (y el mundo) a causa de la pandemia por el SAR-COV-2. Los reportes de la Canirac apuntan que la crisis del coronavirus en restaurantes ha causado una caída del 90% en ventas, el cierre temporal del 90% el cierre definitivo del 5%.
Otro factor aún más determinante fue la muerte de Rey Fernández, dueño y fundador del restaurante. “La muerte de Rey la semana pasada es una pérdida enorme, después de 50 años de felicidad juntos. En la familia tomamos la muy dolorosa decisión de cerrar nuestras puertas, pues es imposible dirigir y operar un establecimiento sin clientes, sin ninguna certeza de una fecha de apertura; pues, mientras todo esto sucede, los gastos se continúan acumulando”, declaro Jane Pearson en entrevista para Culinaria Mexicana.
Este restaurante fue reconocido varios años por ser uno de los 120 mejores restaurantes de México; su hospitalidad, buen trato y el menú que ofrecieron día con día fueron lo que le merecieron este reconocimiento. Desafortunadamente, ante su cierre, este establecimiento realizó una subasta el 17 de junio vía telefónica y por internet en donde se pujaron diferentes artículos pertenecientes al rico mobiliario y decoración del lugar: cuadros, muebles de madera, libreros, sillas, tazas, lotes de vajillas, timbres postales, entre otros objetos.
Generaciones de clientes recordarán cómo pasaron gratos momentos en el lugar porque era como viajar a Inglaterra por unos instantes, para saborear su deliciosa comida, postres y tés, y ahora gracias a la subasta podrán recrearlos en sus propios hogares.