El COVID-19 marcó un antes y un después en la historia y en la vida cotidiana de todo el mundo. Sus estragos generaron la suspensión de distintas actividades, sobre todo aquellas que involucraban aglomeraciones de personas y el contacto físico. Sin embargo, gracias a los avances que se han tenido con las medidas sanitarias y a la vacunación, hoy podemos volver reunirnos en fraternidad para seguir celebrando en comunidad y en familia.
Después de tener su última emisión en 2019, el tan esperado y amado Thai Fest de Banyan Tree resurgió nuevamente, para traer a todos los invitados un pedacito de Bangkok y su característica street food, deleitando y consintiendo nuestros sentidos a través de los sabores, los colores, los olores y las texturas de cada uno de los platillos, ambientación y experiencias que brindan en cada uno de los eventos abiertos al público que realizan en este hotel.
Thai Fest tuvo su primera emisión en 2018 en los dos complejos que existían en México de Banyan Tree, los cuales eran, para ese entonces, Cabo Marqués y Mayakoba. Pero para esta emisión 2022 del Thai Fest, además de realizarse en los dos destinos en donde ya tenían presencia, se unió el más reciente hotel Banyan Tree que existe en el país, el cual se encuentra en Puebla; además de la Hacienda Xcanatun en Mérida, la cual pertenece a la cadena hotelera Angsana, una marca de Banyan Tree Holdings.
Como era de esperarse, el sello distintivo del servicio y la hospitalidad de este maravilloso lugar se pudo percibir desde el inicio hasta el final del evento. A nuestra llegada, en la entrada al hotel, nos esperaba un tuk-tuk —una moto taxi de tres ruedas que forma parte de la urbanización, el ecosistema de transporte y la vida diaria de las personas que habitan en Tailandia— para llevarnos a nuestro destino. Durante el breve recorrido pudimos tener la primera experiencia que Banyan Tree procuró para sus invitados: trasladarnos de Acapulco a algún lugar ubicado en Tailandia.
Ya en recepción, descendimos hacia la zona del festival, en donde hicieron nuestro lavado de manos tradicional con agua mezclada con aceites esenciales florales, el cual simboliza la hospitalidad y la bienvenida para los invitados. Posterior a este ritual, un mesero nos esperaba con un té Thai frío, el cual estaba elaborado de té negro con una mezcla de especias y combinado con leche; refrescante y óptimo para sintonizarnos con el ambiente y con el clima nuboso.
La decoración se pensó especialmente en poder entregarnos una iluminación cálida y tenue, ideal para proporcionar una atmósfera íntima, simulando las calles del corazón de la capital tailandesa. Ahí, con una música electro-lounge y mobiliario minimalista en tonos dorados, caoba y beige, el evento comenzó a desarrollarse y las personas comenzaron a interactuar unas con otras.
Para esta ocasión, Campari hizo presencia con Aperol, Cinzano Spritz y Bulldog Gin, para amenizar y elaborar cocteles que degustaran los invitados, arriba desde una combi naranja de donde se preparaban, servían y entregaban todo lo que se les solicitada; desde Aperol Spritz, hasta gins al gusto de cada invitado.
Algo que no podía faltar y que es característico de los dos Thai Fest previos, era la zona de tratamientos y spa, en donde terapeutas de Banyan Tree ofrecieron a los asistentes productos y servicios como aceite esenciales puros y mezclas, body lotions, aceites de masaje, difusores, quemadores y tingshas. En este pequeño espacio destinado también a la adquisición de certificados para tratamientos en el spa de Banyan Tree, se ofrecieron pruebas de masaje gratuitos que todos pudieron disfrutar, en donde cada terapeuta realizó un masaje sobre espalda, cuello y hombros, para finalizar en una pequeña muestra de aromaterapia; un momento de relajación y de desconexión completa, a pesar de estar dentro del mismo festival.
Para dar inicio a la apertura de las estaciones de comida, el gerente general de Banyan Tree Cabo Marqués, Ingo Brieke, dio un mensaje de bienvenida en donde se resaltó la importancia de la realización de este tipo de eventos, compartiendo la alegría de nuevamente reunirnos después de unos difíciles días padecidos por la pandemia de COVID-19. A su vez, presentó a los chefs Manuel Morales, quien es el chef ejecutivo de Banyan Tree Cabo Marqués; al chef Victor Tufiño, chef ejecutivo de Banyan Tree Puebla; al chef Gerardo Hernández, chef ejecutivo de la Hacienda Xcanatun en Mérida; así como a la chef Renu Homsombat, la chef corporativa de Saffron en Banyan Tree a nivel mundial. De igual forma, se le dio la bienvenida al embajador de Tailandia en México, el Señor Paisan Rupanichakij quien ofreció un breve pero significativo mensaje al respecto del festival.
Debido a las condiciones climáticas, el evento tuvo que modificarse para resguardar a todos los invitados; las estaciones calientes se instalaron dentro del restaurante La Nao, mientras que las ensaladas, el wok y los postres se adaptaron en la zona del Bar Las Vistas. Una situación de fuerza mayor que demostró una vez más el gran control, la organización y el espíritu de servicio y hospitalidad que caracteriza a Banyan Tree.
Algo que reconocemos, como amantes de la comida y como seguidores de este maravilloso festival es que, para esta tercera emisión la comida que se ofreció no tenía comparación; sabores únicos, puntos perfectos, texturas portentosas y una variedad muy amplia. Cada uno de estos platillos presentados son característicos y propios de la gastronomía tailandesa popular, amados por propios y turistas que tienen la posibilidad de visitar sus calles y pueblos.
El Pad thai, los dumpligs, las carnes cocinadas al grill, los noodles, las ensaladas de papaya verde, el wok, los currys, las sopas y el arroz glutinoso hicieron presencia como los principales protagonistas del evento, sin embargo, es de destacar que este año tuvieron nuestra admiración algunos platillos en particular que, hasta la fecha, seguimos saboreando cada que los recordamos.
El primero fue el Muek Yang, que consta de calamares que son asados al grill y condimentados con un toque picante ligero. Para los que somos amantes del calamar, sabemos que es un alimento complejo y muy especial, pues si no se logran sus puntos de cocción perfectos se vuelve o muy chicloso o algo similar a una liga; pero este Muek Yang estaba justo en su punto, en una consistencia firme simulando un rollito, pero que al morderlo, era lo suficientemente consistente y suave. Toda una delicia poder comerlo.
Nuestro segundo platillo favorito fue el Phad Thai, el platillo más característico y popular de la cocina tailandesa, el cual estaba tan bien balanceado en cuando a sazón y consistencia que aún sigue sorprendiéndonos el umami que logró alcanzar.
Nuestro tercer platillo favorito fue la sopa Tom yum goong, la cual estaba hecha a base de zacate limón, kaffir, chile, setas y camarones. Si bien nuestra favorita del 2018 fue la sopa Tom kha gai, en esta emisión esta sopa realmente logró conquistarnos de principio a fin. Una verdadera experiencia que transporta a cualquier persona a través de la magia del sabor de esta sopa y que otorga la posibilidad de reencontrar sabores propios y que nuestro paladar conoce perfectamente.
Debemos hacer una mención especial al Somtum Thai —ensalada de papaya verde—, al Kai Look kuey —huevos hervidos que se metieron a deep-fried—, así como al Pad Krapow gai —pollo cocinado en un wok, con un poco de chile y albahaca—, como platillos que disfrutamos muchísimo y merecen nuestro reconocimiento por ser extremadamente deliciosos y superar nuestras expectativas.
Pero quien realmente conquistó y ganó nuestro corazón y nuestro estómago este año, así como lo hizo en su momento la sopa Tom Kha Gai en 2018 y el crème brûlée de coco en 2019, fue el Gaeng kiew moo, un platillo que se elaboró con curry verde, cerdo y leche de coco. Para quienes no pudieron tener la oportunidad de probarlo, la experiencia de comer este platillo fue una mezcla de sabores, pensamientos, emociones y sensaciones que se encontraron para hacer juntas un nuevo recuerdo en la mente; el sabor era casi apuntando al sabor característico del pipián que tenemos en México, pero con una consistencia muy cremosa y potenciada por el ligerísimo sabor a coco y el sabor a cerdo. Una maravilla de receta y que, si tienen la oportunidad de probarlo, lo hagan.
Con el sonido tenue de la lluvia cayendo sobre los árboles de los acantilados donde se posa este complejo hotelero y de las olas rompiendo al fondo, sobre las rocas, pudimos contemplar los fuegos artificiales que formaban parte de la sorpresa de esta noche. Posteriormente, desde entre la multitud, salieron tres bailarinas de la compañía de baile Tari Bali, quienes se plantaron solemnemente en un espacio entre las personas e interpretaron el baile sagrado Tari Rejang, un baile sacrificial proveniente de Indonesia que se hace en honor a los dioses y que actualmente pertenece al Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO. Estas bailarinas, vestidas con la ropa dorada tradicional de este baile y con movimientos armoniosos de manos, cabeza, pies y ojos, danzaron a la par de la música que incluía sonidos del gamelán, perfumando a los espectadores con el incienso que portaban en sus cabezas.
Posteriormente, hizo presencia una bailarina más, quien interpretó la danza Puspanjali Bali, la cual es una danza de bienvenida a invitados especiales, teniendo de igual forma, un movimiento armonioso de brazos y piernas, sumado a una seledet y expresiones faciales mucho más vistosas y marcadas. Pasada esta muestra de la cultura balinesa, la fiesta, la comida y la alegría de los invitados continuó hasta el final del evento.
Si bien, este año el Thai Fest tuvo como compañía a la lluvia, es de mencionar que el servicio prestado por todo el personal durante el evento en Banyan Tree Cabo Marqués, dejó una muy buena impresión, demostrándonos vívidamente su marca personal y su especialización en la atención al cliente. La lluvia es un presagio de buena suerte; la abundancia y la prosperidad vienen inmersas en cada nube que riega los campos y las laderas, por lo que sin duda alguna creemos que lo que está por venir es mucho más grande y majestuoso. Esta emisión cumplió con todas las expectativas de lo que esperábamos para el regreso del Thai Fest y esperamos ansiosos la emisión del próximo año, para volver a celebrar a la vida, la esperanza, la cultura y el amor por la comida.